Esta mañana he ido a la facultad en mi primer día de clase. Lo típico, coger los horarios, horarios de autobuses y poco más. No sé si seré de capaz de ponerme a estudiar con disciplina después de tanto tiempo y tantos gintonics, pero bueno, lo que he perdido en capacidad lo he ganado en motivación. Me he matriculado de las dos que me quedaban para terminar tercero y de todas las optativas que tenía por ahí colgando, a saber:
Derecho administrativo I; Derecho comunitario; Organización y administración de empresas; Filosofía Política; Historia del pensamiento jurídico; Introducción a la sociología; Derecho y sociedad moderna; Historia del mundo actual; Sociedad y derecho.
También me estreno como colaborador del Mondosonoro con una entrevista a un grupo de Madrid en plan Teenage Fanclub que está bastante bien: Starter.
Volviendo al tema del post anterior, matizar una cosilla. Nunca he querido decir que ya esté todo dicho. Quise decir que las metáforas fundamentales ya han sido percibidas (sueño y muerte, mujer y rosa, vida y río, ocaso y vejez, etc), y que las arbitrarias (paraguas y máquinas de escribir, chocolate y prototipos) no me interesan. Por lo demás, defiendo el derecho de cualquiera a escribir mala poesía, porque como dijo Chesterton, si algo merece la pena ser hecho, lo merece aunque esté mal hecho. Merece la pena que nos esforcemos en vivir, aunque se nos dé fatal.
P.D. Sale anunciado en Pop Madrid que mañana (17) toco en el Nasti. Es un error. Tocaré el 17 del mes que viene.
P.P.D. Si alguien sabe lo que hay que hacer para poder acceder a la biblioteca de la Universad de Oviedo desde el ordenador, que me lo diga que no me aclaro (francisconixon@gmail.com).
P.D.D. Hablando de poesía cotidiana, dos cosas que me han encantado: Escuchando a Concha Piquer, en una canción que se llama "La guapa, guapa", existe este verso: "Que yo no te conozco lo sabe el Papa!". Lo siento, pero lo voy a robar. Otra que me acaban de contar por teléfono: Una pieza en el telediario de A3 sobre lo que quieren ser los niños de mayores. Los varones Beckham y Fernando Alonso. Las niñas, maestras y peluqueras. Excepto un niño en concreto que dijo que de mayor quería ser pastor de caracoles. Había hecho el preceptivo dibujo y todo, con el campo, el pastor y los caroles con los cuernos al sol, y encima había escrito: "PASTOR DE CARACOLES". Qué fans!