Siempre he pensado que una de las razones por las que una persona joven se apunta a un reality es para fabricarse una identidad, pero nunca supe explicar por qué esto era así, en una era de individualismo como la nuestra.
He empezado a leer "La condición de humana" de Hannah Arendt y da con la clave.
Para griegos y romanos la vida privada, la vida familiar, era la mera administración de la necesidad, donde uno obtenía lo necesario para la vida: comida, alojamiento, afectividad, etc. Por otra parte la vida pública era la administración de la libertad, la verdadera vida "humana", donde uno adquiría honores y fama. La vida de la polis, de la ciudad. La fama era la única transcendencia a la que se podía aspirar. En un mundo donde todo era inmortal (dioses, naturaleza) el hombre era lo único mortal. Los hombres son "los mortales". El único espacio donde se podían crear acciones imperecederas era el espacio público (recuerden la despedida de Héctor y Andrómaca, y la decisión de Aquiles de ir a Troya sabiendo que iba a morir).
Con el cristianismo, la vida auténtica es la vida del más allá, y la vida del más acá pasa a ser toda ella vida privada, e incluso la vida pública se considera provisonal y pasa a ser ordenada como si la sociedad fuera una familia: un cuerpo con una cabeza y unos miembros (monasterios).
Con la edad moderna desaparece la creencia en el más allá, y entonces ¿qué queda? Todo es vida privada, pero sin transcendencia. Triunfa el burgués con su confort y el "cultivar el propio huerto" de Voltarie (un tópico Horaciano, precisamente, opuesto a la vida de "la ciudad")
O sea, los cristianos desplazan la vida auténtica al más allá, y la edad moderna destruye ese más allá, con lo que la vida pública desaparece y es sustituida por la "vida social", ordenada según los principios de la vida doméstica.
¿Qué pasa ahora con la gente que no tiene acceso a un espacio público donde ejercer su libertad?
Pues que se inventa un sucedáneo.
Y termino con una de Conversaciones Reales que ilustra este punto:
- El otro día estuve pensando y creo que me habré fumado tanto papel de plata como para ir de aquí a Madrid.
- Eso sí que es triunfar.
P.D. Cuenta Hannah Arendt que había esclavos prósperos en Grecia y Roma, y que sin embargo para ellos el mayor premio era que se les permitiera poner un epitafio en su tumba.
11 comentarios:
Buf... habría que leerse el libro, pero así a bote pronto, no veo tanta diferencia entre nuestro mundo y el de los griegos, quiero decir, al final igual no es que no haya espacio público, sino que lo son la televisión o los medios. Y todo lo que no sale en los medios es lo privado (el anonimato).
tal vez la diferencia esté en que unos buscan/encuentran el reconocimiento público de unos méritos artísticos, políticos... sociales en general, y otros tan sólo buscan el dinero a costa de lo que sea, llámese edredoning, andreita... aunque también debe haber mucho acomplejado cuya gran hazaña en la vida sea salir en el diario de patricia, como una venganza contra los que se reían de ellos en el patio del cole. tipo "vas a verme por la tele" y entonces a ver quién se ríe de mí. está claro que el que lo mira desde el sofá
Hannah Arendt, junto con Leo Strauss y Eric Voegelin, son fundamentales para entender el siglo pasado que, ni más ni menos es el nuestro. ¿Cuándo se cambia de siglo?, ¿Cuando aparecerá en los libros de texto, que la Historia no es un proceso lineal?
Me he quedado de piedra con este post.
Hay cosas que ya he grabado que entroncan con lo que dices. Tendré que prometer que ya estaba escrito.
Me alegro que hayas descubierto a Hannah Arendt, para mí es un referente importante , a través de ella empecé a pensar que la plaza pública de nuestros días era la televisión.
Ya te recomendaré autores sobre éxito, genialidad, locura....
Raquel
En mi opinión, actualmente podríamos pensar en una nueva etapa (paralela, no substitutoria) ; el magnífico universo virtual donde la gente proyecta personalidades paralelas y en muchas ocasiones más "auténticas" que las reales.
Tengo ya entradas para el viernes. Non vedo l'ora...
Saludos!
Raúl: Te refieres a Reprontos pendientes de emisión? Ya contarás. te recomiento el libro, la tía es una bestia cartesiana, sólo con las notas a pie de página te tiras diez minutos pensando.
Todos: Lo que yo he entendido: la libertad no es sólo una circunstancia subjetiva (libre albedrío), sino objetiva (espacio público). En la Edad Media se despojó a los campesinos de sus tierras, con lo que desaparecieron los propietarios. Ser propietario era la condición para ser ciudadano. Sin propietarios/ciudadanos queda el hombre-masa, que ha expandido su esfera privada ocupando el hueco que ha dejado el espacio público, creando un tercer espacio, el espacio social, que lo invade todo. En el espacio social sólo existe la libertad subjetiva.
Para Arendt "espacio público" y "espacio social" son contrapuestos. El espacio público es la gestión del bien común por parte de ciudadanos libres e iguales. El espacio social es la gestión de la vida comunitaria según los principios de la vida privada, de forma jerárquica, como si toda la sociedad fuera una gran familia. De ahí el caudillismo, la partitocracia, el miedo a la libertad, etc.
Caballero: como decía Mike Hammer: Tomo nota.
yo voy a por este
Hannah Arendt fue genial, de origen judio tuvo de dejar Alemania en la época nazi y supo lo que es ser apátrida. O mejor, no ser, un apátrida no existe. Su obra reflexiona sobre lo público, el espacio en el que eres ciudadano y ser social, y sobre lo privado. Hablaba de cómo los totalistarismos entraron en la vida más íntima de las personas, intentando controlarlo todo. Y que esa esfera de lo íntimo no soporta la luz, es el ámbito del amor y del dolor, cita un poema precioso anónimo "nunca busques contar tu amor, amor que nunca se puede contar".
Yo a veces no entiendo por qué la gente tiene tanta necesidad de exhibir su vida en las redes sociales.
Esto de que tengas tu blog tan actualizado me fascina.
También tu música.
Istar: Así es, como lo has contao. Gracias.
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