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domingo, diciembre 23, 2012

Matente lejos de la ironía.



 "Después de jugar a las cartas hasta las dos o las tres, se dirigían, desperezándose, al comedor para cenar, o, como decía Orlov, para tomar un bocado. Iniciaba la conversación el dueño de la casa, quien, con ojos risueños, hablaba de algún conocido, de un libro recientemente leído o de algún nuevo nombramiento o proyecto. El adulador Kukushkin le seguía la corriente, comenzando una cantinela que me resultaba repulsiva. La ironía de Orlov y de sus amigos no conocía límites ni respetaba a nadie ni a nada. Si hablaban de religión, ironía; si de filosofía, del sentido y fin de la vida, ironía también; y si alguien sacaba a relucir el problema del pueblo, otra vez ironía. Hay en San Petersburgo una categoría de gente dedicada especialmente a burlarse de todos los fenómenos de la existencia; no pueden ni siquiera pasar ante un hambriento o un suicida sin soltar una bajeza."

"Relato de un desconocido". Anton Chéjov.

3 comentarios:

Elena dijo...

Belén Gopegui dice, en no me acuerdo cuál de sus novelas, algo así como que la ironía es la distancia que tomas para no comprometerte con lo que dices. Ella nunca la usa. Si no la conoces, te la recomiendo muchísimo.

E.T. Gafapasta dijo...

CRÓNICAS: Francisco Nixon en concierto en Gijón (El Patio de la Favorita, 27-12-2012): vuelve a casa por Navidad

Anónimo dijo...

Belén Copegui, qué horror.