Heracles:
Y mira cómo con aquellos antiguos oráculos ajustan perfectamente otros más recientes. Cuando entré en el bosque de los Selos, los montaraces que se acuestan en tierra, puse por escrito tales oráculos al dictarlos la encina de muchas lenguas de mi padre. Decían que yo en este tiempo y momento presente había por fin de quedar libre de los trabajos que cargan sobre mí; pensé que me pronosticaban felicidad, y no era por lo visto sino que iba a morir, pues los muertos ya no pasan trabajos.
Maricas:
Quiero morir en una discoteca llena de maricas,
quiero morir bebiendo vino a morro de una barrica,
quiero morir en el preciso instante en que lo diga una chica,
quiero una muerte tonta de esas que nadie se explica.
Y pasaría a formar parte de un ingente colectivo,
gente que ya no trabaja en laborables ni en festivos.
Y olvidaría las cosas que me han hecho daño,
gente que no se controla y se comporta de un modo extraño.
4 comentarios:
Qué grande, Fran!
Un abrazo.
Anntona.
que bien que nos cuentes estas cositas...
Un abrazo, Manu.
bellísima canción de los punsetes.
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