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martes, julio 21, 2009

Innovaciones Tecnológicas.


Expulsados de Edén, Adán y Eva descansaron a la orilla de un río y, aunque se alegraban de haber escapado a una muerte inmediata, meditaron sobre la pérdida de la inmortalidad y se preguntaron cómo podrían asegurar todavía la continuidad de la humanidad. Samael, consciente de la preocupación de Adán por este asunto, planeó una nueva venganza. Acompañado por diez de sus ángeles, logró escapar de la mazmorra subterránea y, adoptando el aspecto de unas mujeres de belleza sin igual, llegó a la orilla del río. Allí saludaron a Adán y Eva y el hombre exclamó en tono incrédulo: "¿Ha engendrado la tierra realmente criaturas tan incomparables como éstas?" Luego preguntó: "Amigas, ¿cómo os multiplicais?" Samael respondió con seductora voz femenina: "Los hombres yacen amorosamente con nosotras. Nuestros vientres se hinchan, parimos hijos, éstos llegan a la madurez y hacen lo mismo que hemos hecho nosotros. Si no me crees, ¡lo demostraré!"

Dicho ésto los ángeles caídos disfrazados emergieron del lecho del río. Samael dijo: "Éstos son nuestros maridos y nuestros hijos. Y ya que quieres saber cómo se engendran hijos, deja que te lo mostremos." Entonces las mujeres se tumbaron desnudas, cada una con su supuesto marido, y todas hicieron cosas feas delante de Adán. Después Samael dijo: "Haz esto con Eva, pues sólo así puedes multiplicar tu raza".
[...]

Algunos dicen que Adán y Eva fueron las primeras criaturas vivientes que realizaron el acto de amor.

Robert Graves, "Los mitos hebreos".

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