Entrevista a Agustín Fernández Mallo.

Os dejo una entrevista que hice a Agustín Fernández para Zona de Obras.

Hará cosa de un par de años estaba tocando en Palma de Mallorca y los chicos de la revista cultural "Casatomada" me regalaron un libro titulado "Nocilla Dream", escrito por un colaborador habitual de la revista llamado Agustín Fernández Mallo. Al poco tiempo empecé a ver su nombre mencionado en todos los suplementos culturales. Por lo visto era "la novela del año". Después me enteré de que ya tenía escritas una segunda y una tercera parte, a publicar por Alfaguara.

Cuando leí la novela no pensé que estaba delante de un fenómeno literario. Leí de manera inocente y sin prejuicios. En seguida me di cuenta de que utilizaba una técnica fragmentaria, episódica, autorreferencial... En fin, como si fueran las entradas de un blog. Soy un lector habitual de blogs y en el caso de "Nocilla Dream", me entretuve bastante. Me gustaron especialmente los episodios de divulgación científica, género al que soy muy aficionado, y las consecuencias poéticas que Agustín extraía de los mismos, por yuxtaposición, un poco “a lo ciberpunk".

Pasaron los meses y un día recibo una llamada de Alfaguara: quieren que La Costa Brava toquemos en la presentación de "Nocilla Experience", en La Casa Encendida de Madrid. La fecha elegida coincide con El Día del Libro, y se celebraría un concierto compartido con Sr. Chinarro y transmitido en directo por Radio 3. Durante la entrevista que le hicieron en la presentación Agustín se deshizo en elogios hacia nuestra música, en medio de un ambiente un tanto hostil por parte del responsable de la realización del concierto hacia nosotros por culpa del retraso acumulado con respecto al horario previsto. En ese momento Agustín se ganó todas mis simpatías.

Al terminar el concierto mi amigo Andrés me preguntó si me importaría hacerle una entrevista a Agustín. En circunstancias normales le hubiera dicho que no, pero de algún modo sentí que debía devolverle el cumplido.

Por lo que sabía, la novela había provocado dos tipos de reacciones en la crítica. Para unos era la salvación de la novela como género. A partir de ahora las novelas serían tipo "Nocilla" o no serían. Para otros, los libros de esta serie sencillamente no merecen la consideración de novelas. Son otra cosa. Este tipo de discusiones son recurrentes en la historia de la literatura, se trata del viejo tópico de "la disputa entre los antiguos y los modernos". Lo que me dijo Agustín sobre este asunto fue que opinaba que "es cierto que la novela se encuentra en cierto punto de estancamiento. No es que eso me parezca necesariamente malo, pero tampoco bueno. Hay una serie de autores que hemos aparecido recientemente para los cuales este tipo de narrativa es una influencia, sí, pero que comprendemos que hay que meterla en el subconsciente para que afloren nuevas formas. Una de las características de estos nuevos autores es que entendemos la narrativa y la poesía como un viaje transversal, tomando elementos de todas las capas del conocimiento disponibles (de la propia literatura al cine, la publicidad, la economía, las ciencias, o la política, etc.), y sobre todo que las colocamos en un mismo plano de importancia. Una literatura horizontal y en red más que vertical o arbórea."

Preguntado por sus intereses, "a veces creo que tengo tantos intereses por cosas diferentes que me es imposible asimilar algo medianamente razonable. Si te refieres a intereses literarios, me gusta Borges, Manganelli, San Juan de La Cruz, J.G. Ballard, Don De Lillo, Cortázar... La música de los 80, española y extranjera, también muy variada, y cantautores... Más contemporáneos me gustan por ejemplo Organ o Codeine. También las ciencias, el cine, el arte conceptual, la publicidad, etc."

Y con respecto a lo último en lo que ha estado trabajando, "es un libro de poesía que escribí hace un par de años en un encierro, solo, en una casa de León, incomunicado por la nieve, sin teléfono, y calentándome con una estufa de leña. Creo que es lo mejor que he escrito. Me fui allí como una autoperfomance. Muchas cosas que hay en el libro son fotos o escáner de objetos que encontraba por ahí y a los que le veía algo que me interesaba. Tipo esa práctica de arte que se llama Objetos Encontrados. Lo más impresionante era que cuando te acostabas oías los chopos moverse por el viento, cerca del río, y te imaginabas el pueblo entero, a vista de pájaro, lleno de casas vacías, y tú solo, en una cama tipo Click de Famobil. Si sólo hubiera una casa, la mía, la sensación no sería de tanta soledad."