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miércoles, abril 22, 2009

El descenso de la media de bateo

Mi artículo del Rolling mensual.

EL DESCENSO DE LA MEDIA DE BATEO.

Leo en Playground Magazine un artículo de Javier Blánquez que se hace eco a su vez de una columna escrita por Philip Sherburne para Pitchfork donde al parecer éste se queja del hecho de que la democratización de la música provocada por la tecnología digital, por así decirlo, ha conducido al hastío en lugar de a la excelencia. Que los artistas se repiten y el público se aburre. Sobreabundancia.

Hay un cuento de Stanislav Lem que no recuerdo cómo se llama en el que un filántropo monta una fundación donde se daría una paga vitalicia a aquellos escritores que se abstuvieren de publicar. La fundación tiene tal éxito que la producción editorial se paraliza. Algo así parece que buscan algunos líderes mundiales con la idea de regresar a una economía de la escasez de contenidos audiovisuales. En este caso, fiscalizar los contenidos distribuidos por internet. Que lo consigan o no depende de la escalada de armamentos tecnológica, aunque de momento llevan las de perder. Los libros prohibidos circulaban tras el telón de acero en copias mecanografiadas o fotocopias. Una vez descubierta una tecnología, no se puede volver atrás. No se puede meter al genio dentro de la botella. Pero eso es otra historia.

Hay un ensayo de Stepehen Jay Gould (y ya nos acercamos a donde yo quería ir a parar), en el que analiza una paradoja: cuanto mejor son los jugadores de béisbol, peores son las medias de bateo. Por ejemplo, un jugador al que le tiren 500 bolas y batee 150, tendrá una media de bateo de 0,300. En los años 20 Babe Ruth podía alcanzar una media de bateo de 0,393. Hoy es casi imposible ver algo así. Gould lo achaca a que cuando aumentan los valores medios de una estadística, los valores extremos desaparecen.

Si aplicamos ese argumento a la música (cosa que no sé si es legítimo) eso significaría que si medio planeta tiene un estudio de grabación en su casa, es poco probable que aparezca un nuevo Mozart.

Esperemos que no sea el caso, y que en cambio tenga razón Jimi Hendrix cuando acuñó aquello de "cuando dices que la música está en crisis, es que tú estás en crisis".

5 comentarios:

supersalvajuan dijo...

¿Pero la crisis no era lo de los bancos? ah, es verdad, que las discograficas eran como los bancos. Ahora lo entiendo todo.

carlosmondovega dijo...

Fran, muy buena la columna.
Te cuento lo que me ha pasado esta mañana:
Estaba tomando café con mi jefe y leyendo DIARIO JAÉN.
En este periódico, en las páginas donde vienen los editoriales, la viñeta del día, etc. aparece también una columna con tres fotografías de tres personas (actores, cantantes, filosofos, escritores, políticos, etc.) y una frase de cada uno de ellos.
En el ejemplar de hoy me encuentro una foto y una frase tuyas: Francisco Nixon, Cantante: MI AMBICIÓN EN LA VIDA ES TENER UNA FAMILIA A LA QUE QUERER.
A mi jefe le ha llamado la atención, y me ha llamado: CARLOS!!, MIRA QUE FRASE MAS INTERESANTE... QUÉ BONITA!!... ESTE CHICO TIENE QUE SER MUY INTELIGENTE.

Francisconixon dijo...

¡Ése soy yo! ;)

Cádenus dijo...

Salgo ahora mismo pitando a comprar el Diario Jaen jajaja, no es coña, yo también soy de la tierra...

Muy buena la columna, también me acuerdo yo de algo parecido al cuento de Lem... pero de Papini, en su Gog...

Muy buena la columna... ¡con dos huevos y un palito!

Anónimo dijo...

Creo que tu analogía entre el beisbol y la música no es demasiado acertada. A fin de cuentas, el promedio de bateo de Babe Ruth - un Mozart del beisbol - tal vez se debía a que no tenía otro Mozart del beisbol lanzándole pelotas. Personalmente creo que lo que pasa es que ante un mayor promedio cuesta más distinguir a Mozart porque la diferencia no es tan grande. No desaparecen los valores extremos, simplemente las diferencias se reducen. A modo de ejemplo, busca un video de Pele y observa como juega él y como lo hacen sus rivales: fué el más grande futbolista de su época tanto por su calidad como por la mediocridad de sus rivales.