Normalmente tenemos la impresión de que, cuando estamos leyendo, nuestros ojos avanzan con fluidez, sin interrupciones, a lo largo de las líneas de una página y que, cuando leemos escritura occidental, por ejemplo, nuestros ojos van de izquierda a derecha. Esto no es cierto. Hace un siglo, el oftalmólogo francés Émile Javal descubrió que, en realidad, nuestros ojos realmente saltan como pulgas por la página; esos saltos o tirones ocurren tres o cuatro veces por segundo, «barriendo» unos 200 grados por segundo. La velocidad del movimiento del ojo a través de la página —pero no el movimiento mismo— interfiere con la percepción, y tan solo «leemos» en realidad durante la breve pausa entre movimientos. El porqué de que nuestro sentido de la lectura esté relacionado con la continuidad del texto sobre la página o sobre la pantalla, asimilando frases o pensamientos completos, y no con el movimiento real, a saltos, de los ojos, es un problema que los científicos no han logrado aún resolver.
Visto en Cambio Radical.
2 comentarios:
No tenía ni idea, y ahora que la tengo no sé bien bien que hacer con ella. Me he vigilado a mí mismo en el leer y no he identificado esos supuestos saltos, pero difama que algo queda y cosas más difíciles se le han ocurrido a Dios, como que yo me ande vigilando la lectura.
Este me gusta:
http://www.youtube.com/user/AnguisKokens
Esto me recuerda al rollo de la Gestalt
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