La idea de los conciertos a domicilio, según yo tengo noticia, es de
Rick, el cantante de Mist, y la ha desarrollado en una serie de conciertos llamados
Live in the living. Roberto, el director de
Astro (y batería original de Australian Blonde), me la comentó en cierta ocasión en la que yo estaba en Madrid con la promo del último disco de Australian (calculo febrero del 2004 ó 2005). Esa noche estábamos casualmente en un concierto de Mist y surgió el tema. Yo llevaba tiempo dándole vueltas al hecho de que la mayoría del dinero que paga la gente por un concierto se lo quedan los intermediarios (alquiler de sala, management, alquiler de equipo, alquiler de furgonetas, SGAE, hoteles, comidas, gasolina, peajes, etc...). Me pareció una idea muy buena para librarnos de esos gastos y ofrecer algo diferente al resto.
En los diferentes artículos que se han escrito sobre el tema, no se suele mencionar a Astrud, pero en mi caso fueron una influencia determinante. Pensé que ellos, al dar
conciertos en la calle, llamaban la atención sobre el hecho de que toda la liturgia que rodea a los mismos es convencional, y que hay más de una forma de llegar al público, y que el modelo de negocio musical está diseñado para que el dinero se lo lleven los gestores, no los artistas. Y sobre todo, Rick, Astrud, y muchos más, me demuestran que la principal responsabilidad de un artista es tener imaginación.
También los chicos de
La Fonográfica General simpatizaron desde el primer momento con la propuesta, muy acorde con su propia filosofía de hacer-fiestas-para-grabar-discos-para-regalar-en-las-fiestas y gracias a ellos la iniciativa cobró un gran impulso.
En fin, que empezamos a dar conciertos a domicilio con La Costa Brava y se puede decir que murimos de éxito. Tocamos en Alemania dos veces, en París, en un par de bodas, en terrazas de verano, en pisos, salimos en el telediario y hemos dejado amigos en todas partes. Alcanzamos un punto en el que los concierto extraoficiales eran tan costosos como los oficiales y entramos en conflicto con nuestra propia agencia de contratación. Por eso decidimos dejar de hacerlos. Pero sigo pensando que es una buena idea, y por eso los sigo haciendo con Nixon, donde gozo de mayor libertad de decisión y movimiento.
Hubo gente que en su día nos criticó con el argumento de que estábamos desprestigiando nuestro oficio, rebajándonos a ser un espectáculo de bodas bautizos y comuniones. Supongo que para ellos tener un grupo consiste en salir en la portada de la revista guay y que te inviten todos los años a la zona VIP del festival del verano. Respeto su visión, pero creo que la mía es más acorde con lo que significa esta cosa tan divertida y tan banal de hacer canciones pop. Ellos ponen el acento en "¿para qué?", mientras que yo siempre me pregunto: "¿por qué?"