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jueves, noviembre 23, 2006

Cómo provocar un infarto a un venerable literato.


Leído en terra acerca de los caprichos de los ricachones: "Sharon Stone, también ha protagonizado en alguna ocasión inusuales capítulos. Una vez invitó al escritor mexicano Octavio Paz a Georgia, donde ella se encontraba rodando una de sus películas. Lo hizo simplemente para charlar con él de 'poesía y ética de la vida profesional'. Le pagó el avión, comida..."

Imagínate: "Octavio, te llama por teléfono Sharon Stone, que si vas a su caravana, too pago." Ni premio Nóbel ni ostias.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Entiendo el momento infarto. Un par de piernas tiran más que dos carretas, ¿o eran tetas? Es igual. Yo soy Octovio Paz y digo: "Ein? Que la Stone me paga un billete para charlar conmigo? Pero esta tronca de qué va!" No sé. Me inspira frivolidad. Lo encuentro un capricho de diva. Me la imagino hablando con su assistant: "Cintya, please, llama a Octavio y cuéntale el planazo. Porque yo lo valgo." Coño, que se coja un libro y que hable con sus colegas...que alguno cultureta tendrá. O no.
Supongo que será envidia pura. Nunca me salió ese grandioso cruce de piennas.
Besos
Julia

Anónimo dijo...

como has cambiado el look del blog???

:O

Carla de La lá dijo...

jajajaja

El Malvado Ming dijo...

Obviamente, entre el Nobel y una cena con una rubia epatante pues como que no hay dudas.
(Y sobre todo si Sharon lleva el pelo como en "Esfera")

Francisconixon dijo...

Mangla: Georgia on my mind.