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jueves, febrero 18, 2010

Origen secreto.



Ayer a las cinco de la mañana salía de Telecinco de trabajar cuando al meterme por una calle estrecha me encuentro una espesa niebla que difumina la luz de tres o cuatro farolas, unos veinte metros por delante de mí. La noche estaba totalmente despejada (recuerdo que me fijé porque iba cargando con el paraguas por si llovía), así que lo primero que pensé es que había un incendio en una papelera o en alguno de los pisos, pero por allí no se movía ni un alma. Al atravesar la nube me di cuenta de que no era humo, sino un polvo de color grisáceo con sabor a pólvora (pero sin su olor) que me hizo toser y que cubría el suelo de la calle y los coches aparcados. Me tapé la boca con la mano y salí de allí pitando. Me di la vuelta y en cosa de veinte segundos la nube de polvo se desvaneció sin dejar rastro.

Así que si los periódicos empiezan a hablar de un nuevo superhéroe en la ciudad, que sepáis que soy yo.

7 comentarios:

Alex dijo...

Mira que te sienta mal trasnochar, tunante...

Alex dijo...

Mira que te sienta mal trasnochar, tunante...

Isaac dijo...

Superpoderes tienes para inventar lo que inventas en el blog de GH, rey.

pplu dijo...

Dios! John Locke transustanciao!

Anónimo dijo...

si al final resulta que tienes superpoderes, llámame.No está sólo

Tocador dijo...

La niebla de "El increible hombre menguanteeeee"...que miedo. Igual terminas cantando con Alvin y las ardillas.

meru dijo...

uff, qué bien huele la pólvora!!!!!!

ps: como buen cangués que soy.. ;)