Alemania.

Pasé a buscar a Richi por Atocha, cogimos un taxi y nos fuimos al aeropuerto. A mitad de camino dimos la vuelta porque me había llevado unas llaves que tenía que devolver. Hicimos la operación y de nuevo para el aeropuerto. Facturamos sin novedades (acertamos con la terminal por casualidad) y al avión. Asientos no numerados y güisky con patatas fritas. Llegada a Stuttgart y todos esperándonos. A por el coche y a casa. Guille se ha llevado el ticket del párking, Nacho corriendo a por él. Guille ha perdido el tren y ticket conseguido. Al coche otra vez y ya estamos en el hotel. Muy confortable pero no hay sábanas. Buscamos las sábanas. No aparecen y no nos atrevemos a preguntar. Richi se ducha y nos vamos a cenar a un turco donde habían reservado mesa para las doce de la noche. Me como una musaka muy rica. Buscamos un sitio abierto para tomar una copa. Vamos a ése, no, a ése, cerramos dentro de media hora. De vuelta al primero. Güisky cola y a casa.

Dormimos de un tirón hasta las doce. Café con leche en recepción (malejo). A comer a un sitio de vinos. Muy rico todo. A por el equipo (un coñazo). Faltan piezas. Al final todo arreglado, prueba de sonido, funciona! (gracias Joan). Richi y yo nos vamos a buscar una salchicha. No encontramos nada, kebabs. Cubatas. Concierto, suena muy bien y lo pasamos bomba. Pinchaje, a bailar. Cubatas varios. Taxi y al hotel, cuatro de la mañana.

Nos vienen a buscar, brunch en el centro. Hay salchichas, qué ricas! Tren al aeropuerto. Una amable señora casi nos confunde y nos hace bajar una parada antes. Aeropuerto, avión, de nuevo en Madrid. Qué cansao.